La industria de la pornografía es un fenómeno global, y solo hay que entrar en plataformas como iloveporn para comprobarlo. Encontraremos escenas de todo tipo, grabadas por todo el planeta. Chicas que vienen desde todos los rincones del globo para convertirse en rutilantes estrellas dentro del cine porno. En España, en Japón, en India, en Brasil, en Reino Unido, en Rusia… Todos los países tienen, en mayor o menor medida, una industria del porno bastante bien asentada a estas alturas. Sin embargo, la verdadera industria potente sigue estando en Estados Unidos, y el porno comercial que se hace allí es para consumo occidental, y primordialmente estadounidense. Es decir, ellos hacen el porno que ellos mismos quieren ver. Se cuenta, por supuesto, con el resto del público mundial, pero al final todas las escenas están en inglés, con muchos tópicos estadounidenses que, por otra parte, han calado gracias a la expansión de su cultura. El cine y la televisión nos han hecho creer que la vida en Estados Unidos es prácticamente ideal.
Pero cada vez más se está compartiendo la idea de que el porno debe expandirse también a otros lugares, con sus propias características diferentes. El porno francés por ejemplo, no tiene nada que ver con el americano, y tampoco con el alemán o el español. En esa variedad está el gusto, aunque luego solo sean los locales los que lo consuman mayoritariamente. Acá en Latinoamérica pasa un poco lo mismo, solo que no hay tanta industria detrás del cine porno. Se ha intentado en muchos países, y se podría decir que apenas destacan algunas productoras sueltas en Colombia, Brasil o Argentina. No hay una industria como tal, con un negocio que genere plata para muchas personas. De hecho, los sudamericanos seguimos consumiendo mucho porno de fuera, ante la falta de porno propio, más allá de algunos canales de sexo amateur. Las chicas que quieren triunfar en la industria y nacen aquí terminan marchándose a España o Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Eso nos empuja a tener que ver el porno que otros hacen, y buscar encajar en esa visión que tienen del mismo, aunque muchas veces nos dejen fuera de las escenas.
El consumo de porno en Sudamérica
Sudamérica es una región que consume bastante porno, aunque no tanto como otras. Por ejemplo, está por detrás de Asia y de Norteamérica, incluyendo aquí a México, uno de los mayores consumidores de porno del planeta. Dentro de nuestra región destacan sobre todo Brasil y Colombia, países con mayor población, por otra parte. El acceso a Internet de alta velocidad es cada vez mejor en la región y eso también ayuda a que se pueda acceder al porno de una forma más sencilla. Como es natural, son los hombres los que más consumen este tipo de contenido, en una dispareja balanza de casi 9 a 1 con respecto a las mujeres. Las horas favoritas para consumir porno son las nocturnas, entre las 20 y las 00 horas, y el día de la semana donde más porno se ve es el Domingo, algo que resulta cuanto menos curioso…
Lesbianas, amateur y anal, las favoritas
El porno se ha expandido también mucho en cuanto al contenido que ofrece, disfrutando hoy por hoy de todo tipo de videos y escenas. Si antes, las producciones eran contadas y había que adaptarse a lo que los productores deseaban mostrar, hoy el nicho de mercado se ha expandido muchísimo. Esto significa que siempre vamos a encontrar el video perfecto para excitarnos, por muy raras que sean nuestras fantasías o preferencias. En las plataformas online con videos porno encontramos decenas de diferentes categorías y etiquetas para los vídeos. Algunas de ellas son realmente populares, y suponen también las favoritas para el público sudamericano, como vamos a comprobar ahora.
Por ejemplo, los videos de lesbianas son muy visitados, y es evidente que los hombres disfrutan mucho viendo a dos mujeres hacerlo. Pero ese empuje viene dado también por las chicas que buscan en estos vídeos un poco de sexo diferente, y puede que hasta inspiración. Los videos de porno amateur son seguramente la categoría más popular en casi todos los países de Latinoamérica, y es que nos fascina ver a una parejita normal y corriente hacerlo ante las cámaras. Dentro de esa categoría, como veremos más tarde, los sudamericanos siempre buscan vídeos de sus compatriotas, tal vez por sentimiento nacional. La otra gran categoría favorita es la de anal, donde la chica recibe por ese otro agujero. Al saber lo que nos excitan los grandes culos, tampoco nos extraña para nada que esta categoría esté entre las favoritas.
También hay lugar para los fetiches
Hemos visto el top 3 de categorías más populares y vistas por los sudamericanos, pero hay muchas más que son importantes, aunque no sean tan seguidas. Por ejemplo, el sexo interracial o las orgias también suelen tener mucho éxito entre los usuarios de los países sudamericanos. Es cierto que estas categorías ya no son tan grandes, y no hay tanta variedad, pero siguen siendo muy populares porque, como decimos, el nicho de mercado siempre se acerca más a los gustos particulares del espectador. Por eso el porno de fetiches está triunfando tanto en los últimos tiempos, y hay productoras que se centran solo en grabar este tipo de escenas, poco comerciales en realidad.
Porno gonzo y extremo, donde la chica recibe azotes e incluso otro tipo de golpes, siempre consentidos, por supuesto, pero rayando la violencia. Hentai, una categoría especial del anime japonés donde los personajes de dibujos animados tienen relaciones explícitas. También los videos de dominación y BDSM son muy populares entre los latinoamericanos, especialmente desde el lanzamiento de 50 Sombras de Grey hace una década. Los fetiches más especiales, como la lluvia dorada o el fist fucking, tienen menos presencia en general, pero también pueden encontrarse entre las listas de favoritos de muchos usuarios. Al final, el porno nos sirve para enaltecer nuestro deseo y crearnos nuestras propias fantasías, aunque puedan parecer locas o prohibidas, como en estos casos.
El producto nacional siempre destaca
Ocurre en todos los países, y los sudamericanos no íbamos a ser una excepción. Muchos usuarios buscan términos muy específicos a la hora de encontrar porno, y uno de ellos es la nacionalidad de la chica que aparece en la escena. A los brasileños les encanta ver a pornstars brasileñas, y a los argentinos disfrutar de las minas de su país. Lo mismo ocurre con chilenos, colombianos, venezolanos… No se puede considerar una categoría, más allá de estar todas englobadas en la de Latinas, pero es cierto que este tipo de vídeos también tienen un gran éxito en nuestros países. Ya adelantábamos arriba que el porno amateur nacional siempre es una de las búsquedas más populares en este tipo de sitios. Es como si nos pusiera mucho más el poder encontrar a esa chica que conocemos de la universidad, o de la discoteca, teniendo sexo ante la cámara.
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